
El 12 de junio de 1925 nació la Cooperadora con el nombre de Julio Viale en honor a un comerciante genovés que murió en el naufragio del vapor América en aguas del Río de la Plata.
El 4 de noviembre de 1950 se festejaron las Bodas de Plata y se bendijo la nueva bandera de ceremonia.
En el 1957 pasó al Consejo escolar Nº 7 como escuela Nº19 y el 28 de julio de 1989 por decreto Nº 19/87 el Consejo Deliberante le impuso el nombre de “Galicia”.
En 1990 se pasó de ser de jornada simple a ser de jornada completa.

Porque... ¿qué es un nombre, una historia, un lugar, un edificio, si no se piensa en los sujetos que la nombran, que la viven, que la caminan?
Una vez en una jornada de limpieza organizada por la cooperadora, se encontró un libro que contenía los registros de los primeros alumnos. Allí con letra caligráfica y lapicera de tinta y pluma o quizás tintero, estaban anotados los primeros alumnos. En la columna de nacionalidad de los padres figuraban: italiano, español, ruso, argentino. Testimonio de una escuela que reflejaba un momento especial de nuestro país .
Hoy, esta historia la protagonizan los chicos, los maestros y las familias que saben que la escuela pública levanta la bandera en defensa de los derechos, de la igualdad, la democracia y la solidaridad.
Muestra de eso son los trabajos que hacemos aquí a diario, donde el individualismo y la competencia quedan fuera de juego, porque lo que se intenta practicar son los modos de aprender y enseñar junto al otro, con el otro, creando lazos que permitan atravesar los obstáculos que sabemos que siempre van a aparecer.
Superando la solitaria letra de un nombre.
Galicia, no sólo es un cartel en la puerta, es la escuela Galicia, donde yo voy, donde aprendo, donde trabajo...
Educación Musical, no es sólo una materia, es donde aprendo a ver que entre todos se puede construir algo bello, donde siento que todos podemos ser parte
Proyecto, no es sólo una carátula, es juntarse con los chicos y maestros de otro grado o materia, sentarse a pensar, imaginar, discutir, trabajar, tomar el patio como aula ampliada sabiendo que se aprende también sin pizarrón.
Así se fue construyendo la identidad de la escuela.
Así es como se arma cualquier identidad, con los aportes de todos.
Necesitamos en estos tiempos que corren que todos la defendamos de las injusticias que recaen sobre ella y por ende sobre todos nosotros y cuando hablamos de “nosotros” nos referimos a los alumnos, a las familias, a los maestros, en fin toda la comunidad educativa.
Y es así como cada día, entre todos continuamos construyendo la historia de esta escuela, la escuela “Galicia”.